miércoles, 30 de enero de 2013

La Astuta Vieja De La Casona


La Vieja

Enigmática, taciturna un alma sin rumbo, un espíritu
chocarrero, desprendía su mirada poca alegría y nulo
sosiego.
 Pelo negro, tosco, detenido en el tiempo y aferrado
 a su cabeza como un casco de tortuga, sin volumen,
 sin vida y sin movimiento.

Muchos años tenia ya,   cuantos? nadie lo supo, ni ella,
 ni su tiempo, los años un tanto difícil en su mundo encajar.
 Impensable también por la costumbre de su rebuznar
 si algún día aquella mujer extraña, tuvo lozanía juventud,
 niñez o hubo brillo en su mirar.

Opaca, mustia nada expresiva, muy chueca y 
fusiforme  en todo su raro aspecto, ojos grandes y 
negros como las moras, mirada oscura  desgajada sin dirección  
alguna, mas bien pareciese que sus ojos duros, inertes sin 
movimiento desorbitaban entre la vida y la muerte.

Camisones largos sin linea, sin forma, cual sacos de patata
 cubrían su cuerpo, su único complemento un delantal
 mugriento hecho a jirones de trapos viejos, mucho pegote, 
demasiados remiendos. Destacaban grandes bolsillos que iban 
desde las jamonas piernas hasta sus grandes y descolgados pechos. 

A pesar de sus posesiones; tierra, gran casona de madera; con 
grandes habitáculos, pasillos, salones, un gran y fértil huerto
era ya costumbre su itinerante paseo de mendicidad.

 Nunca tuvo de nada, falta siempre de todo capricho y antojo,
 su misma argucia, su memorial argumento fueren el principal
y muy efectivo medio de sustento.
Olisqueaba sus presas con olfato de perro hambriento desde
 su lúgubre aposento, su afinado oído de lechuza en celo percibía
 el vuelo de una mosca a varios metros, ataviada como era habitual,
 desaliñados andares,  renguera descompensada y pies en polvorosa 
 la muy señora mía echaba a andar.

Ya su olfato, su oído y su tentáculos preparados están, 
recorrido trazado, el caldero en su fuego montado, dispusiese 
su fruto recolectar, el sonido del  hacha cabalgando en la leña le eren
 suficiente para orientar. Allí de la nada ella asomaba, una vez ya 
el leñador abordado, su lánguido discurso empieza a soltar:
ante todo un buen saludo, una mueca decadente, un buen gesto
de amistad, la frase típica para estos casos " de casualidad le sobra
o tiene por ahí;" alguna viruta o una  astilla, no tengo leña para guisar.
También y ya que estamos en ello, a casa le agradecería me la
 pudiese llevar.

Avanza aletargada una, dos, tres casas y las que pueda recorrer
 pues nunca esta demás, alguna cocina un trozo de carne ahumada 
o de tocino en gancho colgado su olfato afinado le tientan a entrar,
 los grandes bolsillos del sucio y remendado delantal se empiezan 
a hinchar, hay que seguir el camino antes que caiga la brisa a toda
prisa que aun queda mucho generoso y bueno  por visitar.  

Todo aquel que en su camino encuentre de el su fruto, ella  "La Vieja"
 sin sudor alguno algo ha de cosechar, pero que se puede hacer; 
acaso no hay que tener caridad?, ante sus maliciosos, quejumbrosos
 y lastimosos argumentos quien se ha de negar.Hay que hacer 
buenas obras para el cielo alcanzar.

Un cacito de leche, por aquí, un poco de manteca por allá, algún puño 
de café azúcar y sal. Tampoco en la dieta y teniendo en cuenta 
que a su edad, la fruta,  la hortaliza y algo para el postre no debe faltar.
 El gran bolsillo de aquel viejo delantal con todo lo que le echen
 puede aguantar. 

Así pues; con un  " Hijo Querido". Una ya tan vieja, sola y tullida,
 de otra no le queda, nada mas que un "Dios se lo ha de pagar"
La olla en el fuego por ella espera, bolsillo lleno, pata chueca con paso 
descompensado y ligero a su hogar con premura debe regresar.  
wil correa 


    
 


           
    
 
      

lunes, 28 de enero de 2013

El ÉXITO



 El Éxito

El éxito significa dejar de pensar en tener éxito 
en tal o cual cosa puntual y específica 
o en algún área de tu vida, que disfrutas o deseas abordar.
 Éxito es centrarte en llegar a convertirte en lo mejor
 que puedes llegar a ser.
Es poner todo tu empeño, tu habilidad, constancia
y dejarse la vida en ello.
El éxito se logra juntando lo mejor de ti, con lo que mejor
sabes hacer y con lo que mas te conviene.
El verdadero éxito no es el incentivo económico,
es sentirte pleno, satisfecho y realizado
por lo que has hecho para tu bienestar
y tu crecimiento personal.
El éxito total de tu vida lo recibes cuando, lo que has logrado 
eres capaz de trasmitirlo, enseñarlo, 
proporcionarlo y compartirlo a los demás.
Wil Correa 




Mi Noche


El Amante De La Noche

Me dirijo a tu encuentro, busco tu remanso y 
tus suaves caricias, dejo mi ser desvanecer entre
tu coligado silencio.

Busco tu abrazo, tu voz, tu frio y tu calor
me dejo envolver por tu manto, me dejo guiar
por tu encanto.

Noche; bella doncella que te renuevas cada día
te vistes de gala al morir la tarde. Para recibir a tus
aliadas, coquetas y brillantes estrellas.

Noche de invierno; gris, pálida, melancólica y fría
apaciguas el bullicio, la agitación, la revolución
las fatigas y el sinsabor que te heredo el día.

Noche de luna; clara, atenta, sigilosa, 
plateada y veleidosa, arrullas las plantas
a las aves susurras sus nanas. Acaricias suavemente
ríos, valles y montañas.

Noche de verano; cálida, armoniosa, bondadosa
invitas a tu amante a palparte, sentirte, y disfrutar de 
tu candor, de tu fiesta, tu compañía, tu dulzura y 
le haces cómplice de tu transitoria locura.
Wil Correa. 



domingo, 27 de enero de 2013

Consciencia




El Ser Consciente

Ser consciente es saber las consecuencias 
y las responsabilidades que se adquieren con lo que se hace, 
no hacer las cosas sin tener en cuenta lo que va a suceder,
sino teniendo claro qué se está haciendo y
qué va a repercutir con ello.

Ser consciente se asocia con la responsabilidad y
el dominio personal, con la consideración a los demás,
el no maltratar,  el no abusar, el tener respeto y aceptar
las obligaciones, con la capacidad de entender que 
nuestras acciones y actitudes de hoy determinan 
nuestro futuro.

Ser consciente, no riñe con la sapiencia y la inteligencia, 
en conjunto con los seres humanos capaces de discernir, 
lo que es conocido, objetivo y humanamente visible, 
comprobado por el racionalismo, el entendimiento y
la sabiduría que  recibimos de los sucesos, evidencias que 
son claras palpables y comprobadas. 
Es a simple vista un estado de conciencia.

Ser consciente es abrir la mente y por ende aflorar el 
manantial preso de las doctrinas inhibitorias, reglas, normas
o comportamientos básicos de una sociedad, un credo, una 
cultura, una ley, un estamento y un entramado de sucesos 
represores, amordazadores de la nata esencia y la conducta 
básica del ser.

Ser consciente te permite como ser humano inteligente y 
pensante diferir, comparar, discernir, cuestionar los 
adoctrinamientos rudimentarios, costumbristas, regionalistas
y demás conocimientos atrapados, encarcelados y dominados 
por unos cuantos, por la élite, los credos, los que creen tener; 
el dominio del saber, el buen hacer y la verdad absoluta.

Ser consciente es desmarcarse de lo cotidiano, liberarse de 
lo dicho, lo mal dicho, los prejuicios, las etiquetas, los paradigmas,
los señalamientos y demás basura que el tiempo y las mentes 
retrogradas han ido acumulando y convirtiendo en valiosos
tesoros, en verdades indiscutibles e incuestionables.

Ser consciente, es escudriñar, revolver, cuestionar, palpar es
emitir nuestros propios juicios sobre, nosotros mismos, nuestra
existencia, los mecanismos de función de los otros seres, causas ,
efectos y conformación de lo que nos rodea.
Nos hace conscientes el quitar mordazas, velos, cadenas y yugos
de nuestros cuerpos, de nuestras mentes y nuestros ojos.

Ser consciente es asimilar y convencernos de la  magnitud  y 
capacidad individual del yo como ser, del yo pensante, del yo 
como parte activa del universo, del yo sabio, del yo creador, el ser
supremo que formamos o somos en el espacio tiempo en el 
cual habitamos.

Ser consciente es compartir, divergir, mostrar ensanchar 
los caminos, para tu propio bien y para los demás, es 
hacer reales estas verdades que a diario estamos viviendo, 
sintiendo, palpando, respirando, es poner atención  a estas 
voces que constantemente, inconscientemente nos gritan al oído
estas voces que debaten, revuelven y  cuestionan nuestro propio
sentir, nuestra propia existencia.

Ser consciente es sensibilizarse con el sentir, el vivir y el padecer
 de los demás, hacer nuestro sus pesares, sus males, tristezas y 
demás dolencias ponernos en su piel, en su lugar y entender que 
el padecimiento de un colectivo,el hacer omisión, sobre lo malo, 
lo degenerativo  y lo destructivo en nuestros semejantes y entorno.
 Nos arrastra a nuestra propia destrucción.

Ser consciente es fomentar el bienestar, compartir nuestro saber,
ayudar a que el ser humano abra sus ojos, despierte del letargo 
impuesto, del anestésico que llevamos ingiriendo y digiriendo, sin
darnos cuenta de ello lo hemos hecho nuestro, como algo natural
a lo cual nos hemos acostumbrado y de forma sistemática aceptado.

Se consciente; abre tu mente, divulga todo aquello que sabes y
que genera el bien. 
Cuestiona todo aquello que  no esta claro o infunde dudas, debate
sobre lo que daña, destruye o no funciona bien.
Condena la injusticia, castiga la maldad, descubre los secretos, 
alienta el intelecto, induce al conocimiento.
Rechaza condicionamientos y cadenas.
Entierra credos y prejuicios.
Borra el rencor, alimenta tu ser de sabiduría 
y compártela con los demás. 
Cuida tu planeta, tu entorno y vela por los demás seres que 
en el habitamos.   Wil correa
 
                                                                       







  
        
     

viernes, 25 de enero de 2013

Santa Ana Del Valle

La Vereda

Entre valles y verdes montañas,
frondosos bosques se atisba pequeña y frágil,
 surcada por cristalinos y bravíos ríos.

Caminos labrados por el paso de las mulas
y sus arrieros, las huellas del errante caminante
le marcan a su paso sus curvados suelos.

Aquella vereda, con sus calles de piedra
sus casas de tapia, paredes  de blanco encaladas
sus cocinas y fogones a leña , con olor a roble, guayabo,
carate, guamo y arrayán, humean al alba elaborando
aquel rico y delicioso café.   

 Sus techos de hoja lata, rechinan al sol,
y resuenan cual tambores de guerra, al caer 
fuertes las gotas de agua, que en tiempos de lluvia
corrían sollozos, juntando caudales  y a su paso avivando
 nacientes manantiales con impetuoso rigor. 

Empinada calle, angustiosa calle que espera solitaria
el paso del lugareño y el visitante, te recibe pequeño
valle a tu entrada las rosas, flores y jardines que
una vez  mi madre  con tanto esmero cuido.

Aquella pequeña villa que un día quiso ser grande;
 Las familias y apellidos que en su entonces la habitaban:
Agudelo, Cardona, Correa, Gutiérrez, González, Giraldo,
Lopera,  Mazo, Morales, Pozo,  Rojas, Sierra, Tamayo,
Taborda  Zuleta y demás personas y personajillos,   
con sus niños jugueteando, su gente alegre,su cura
su misa de domingo, sus viejos, sus locos y tontos
de pueblo, como es habitual.

Los bailes de caseta amenizados, por sones y sonetos
por voces disonantes, viejos los instrumentos mas viejos y cascados ellos, aquellos dos cantores que al compás del viejo tiple, la triste y desafinada guitarra, ponían el ritmo en el cuerpo a los llamados: montañeros, sanjorgeños, gente pintoresca venida del cedral, los chorros, el amparo, la vega, el pisco, la esperanza y el consuelo.

Fatigados;  y sus  cuerpos cansados, del arduo trabajo del campo y las cosechas trillando con sus manos fuertes, empuñando el hacha, el pico y el machete
para labrar sus suelos. Y así el sustento asegurado, sacar un rato para distraerse; lucir sus galas, el carriel, el poncho, la ruana y el sombrero.

Aquel machete instrumento labrador, aquel hierro afilado
 para abrir el monte, despejar, levantar cosechas, ahuyentar las fieras,tuvo también tentación y pecado;
 desangrando, mutilando,  cubriendo de sangre tu suelo marcado.
Lo que era un alegre encuentro festivo, a medida que avanzaba la tarde y disminuía el liquido de las botellas, afloraban los destellos de aquellahoja de hierro en ese momento posesa y maldita. 

Se hizo típico y habitual aquel circo sangriento,  que de espectadores nunca estuvo mal habido al incentivar su portento.
Pero había guasa, no todo mala racha , hubo jolgorio y
 momentos de alegría por do quier.
   
Alegres festivales de música, encuentros culturales, el baile, 
el teatro; aquel teatro que distrajo, emociono, ilusiono y
 entretuvo su gente, su buena gente, amable y armoniosa.
 Aquellas empanadas típicas, aquellos chorizos, morcillas,
buñuelos , tamales.
 Aquellos paseos de escuela, aquella alegría metida en el cuerpo de los niños, esa bonita ilusión. 

Ese arroz amarillo, con sus tajadas,
 su huevo revuelto, su arepa, esos envueltos en hoja de plátano, el arroz con leche, la mazamorra, el minisicui, el queso, la mantequilla de elaboración casera, el gofio envuelto en cartuchos de papel. 

Aquellos bonitos altares del día del corpus elaborados
 por las mujeres con suma destreza y habilidad, engalanaban 
 aquellas bonitas calles y las llenaba de aquel aire festivo, alegre y cordial.

Aquel ritual de matanza del cerdo, chamuscado a la antigua 
con su helecho, reunía en casa de Correa a propios y extraños
 como un suceso fantástico pero a la vez muy habitual.
Hoy solo quedan en la mente, aquellos buenos momentos,
 tantos y bonitos recuerdos.
  
De todo aquello apenas queda nada;
Santa Ana Del Valle: 
Ya no eres Santa, no eres tampoco Ana . Ya no queda valle, 
vergel empedrado, muros, casas ni calles.
El ciclón del mal se apodero de ti, en valle de lagrimas
te has convertido, triste, inerte y derrumbada por el paso del tiempo, el agravio humano y la desolación.
La partida de tus hijos cerro los caminos, el árbol secó sus raíces, sus ramas ya sin vida sus hojas soltó.
Ya no vuelan ni trinan las aves, ya no quedan frondosos bosques,ya las aguas de mayo perdieron su control.

Ya nadie te labra, no hay ya maizales, no quedan cafetales. 
Solo la maldad crece; por lo que un día fueron calles y caminos, 
hoy florece la maleza, germina la tristeza.

Has perdido tu color.
Wil Correa.








  







Camino


El Camino

Anduvo y andado, pisoteado, cabalgado, sediento 
árido en la época estival y anegado nevado, húmedo y frio
en época invernal. Ase encuentra a merced del tiempo
nació como nacen las cosas, de la nada, de donde antes
había otras cosas, otras antes que tu.

Cuantas horas, cuanto tiempo a la espera que algo 
suceda, no corre prisa, no hay en ti fatiga ni pena
no hay reloj de arena, ni suizo, ni de estos que suenan,
tu silencio aguarda al viajero, al hombre que canta y al ave
con su trinar y aleteo irrumpe en tu silencio habitual.

Cuantas historias te guardas, cuantas batallas has podido
librar, testigo eres del bien y del mal.
Te  consagras como elemento esencial de la historia,   
te abres, paso entre  las agrestes tierras, recorres
valles, pueblos, campos, ciudades y montañas.

Trasformas, das color;  por tus venas emana un manantial 
de incertidumbre, de ilusión, al viandante cansado y 
trajinado de la vida, del largo viaje que le enajena y se
alebresta cuando le llevas de regreso a su morada
a su aldea, a su hogar dejando atrás en ti una huella
una estela, un suspirar.   

Demarcas, señalas  orientas; invitas al goce de los 
amantes  furtivos, te acompañan las flores que te aclaman y
sus  pétalos al caer en tu regazo te besan el alma.  Las hojas
secas que al caer sobre tu piel te abrigan,  te mecen con brío
secundan tus ansias de un roce, una caricia, un leve suspiro. 

acezante y firme como el roble, sutil y silencioso observas
desde tu amplia perspectiva, los cambios, los avatares de
tu entorno, los ciclos de tu mundo induces a tus filas
las almas, que a tu paso caminaron y partieron
para siempre del sendero.   Wil correa