Enigmática, taciturna un alma sin rumbo, un espíritu
chocarrero, desprendía su mirada poca alegría y nulo
sosiego.
Pelo negro, tosco, detenido en el tiempo y aferrado
a su cabeza como un casco de tortuga, sin volumen,
sin vida y sin movimiento.
Pelo negro, tosco, detenido en el tiempo y aferrado
a su cabeza como un casco de tortuga, sin volumen,
sin vida y sin movimiento.
Muchos años tenia ya, cuantos? nadie lo supo, ni ella,
ni su tiempo, los años un tanto difícil en su mundo encajar.
Impensable también por la costumbre de su rebuznar
si algún día aquella mujer extraña, tuvo lozanía juventud,
niñez o hubo brillo en su mirar.
ni su tiempo, los años un tanto difícil en su mundo encajar.
Impensable también por la costumbre de su rebuznar
si algún día aquella mujer extraña, tuvo lozanía juventud,
niñez o hubo brillo en su mirar.
Opaca, mustia nada expresiva, muy chueca y
fusiforme en todo su raro aspecto, ojos grandes y
negros como las moras, mirada oscura desgajada sin dirección
alguna, mas bien pareciese que sus ojos duros, inertes sin
movimiento desorbitaban entre la vida y la muerte.
negros como las moras, mirada oscura desgajada sin dirección
alguna, mas bien pareciese que sus ojos duros, inertes sin
movimiento desorbitaban entre la vida y la muerte.
Camisones largos sin linea, sin forma, cual sacos de patata
cubrían su cuerpo, su único complemento un delantal
mugriento hecho a jirones de trapos viejos, mucho pegote,
demasiados remiendos. Destacaban grandes bolsillos que iban
desde las jamonas piernas hasta sus grandes y descolgados pechos.
cubrían su cuerpo, su único complemento un delantal
mugriento hecho a jirones de trapos viejos, mucho pegote,
demasiados remiendos. Destacaban grandes bolsillos que iban
desde las jamonas piernas hasta sus grandes y descolgados pechos.
A pesar de sus posesiones; tierra, gran casona de madera; con
grandes habitáculos, pasillos, salones, un gran y fértil huerto
era ya costumbre su itinerante paseo de mendicidad.
Nunca tuvo de nada, falta siempre de todo capricho y antojo,
su misma argucia, su memorial argumento fueren el principal
y muy efectivo medio de sustento.
Olisqueaba sus presas con olfato de perro hambriento desde
su lúgubre aposento, su afinado oído de lechuza en celo percibía
el vuelo de una mosca a varios metros, ataviada como era habitual,
desaliñados andares, renguera descompensada y pies en polvorosa
la muy señora mía echaba a andar.
el vuelo de una mosca a varios metros, ataviada como era habitual,
desaliñados andares, renguera descompensada y pies en polvorosa
la muy señora mía echaba a andar.
Ya su olfato, su oído y su tentáculos preparados están,
recorrido trazado, el caldero en su fuego montado, dispusiese
su fruto recolectar, el sonido del hacha cabalgando en la leña le eren
suficiente para orientar. Allí de la nada ella asomaba, una vez ya
el leñador abordado, su lánguido discurso empieza a soltar:
recorrido trazado, el caldero en su fuego montado, dispusiese
su fruto recolectar, el sonido del hacha cabalgando en la leña le eren
suficiente para orientar. Allí de la nada ella asomaba, una vez ya
el leñador abordado, su lánguido discurso empieza a soltar:
ante todo un buen saludo, una mueca decadente, un buen gesto
de amistad, la frase típica para estos casos " de casualidad le sobra
o tiene por ahí;" alguna viruta o una astilla, no tengo leña para guisar.
de amistad, la frase típica para estos casos " de casualidad le sobra
o tiene por ahí;" alguna viruta o una astilla, no tengo leña para guisar.
También y ya que estamos en ello, a casa le agradecería me la
pudiese llevar.
pudiese llevar.
Avanza aletargada una, dos, tres casas y las que pueda recorrer
pues nunca esta demás, alguna cocina un trozo de carne ahumada
o de tocino en gancho colgado su olfato afinado le tientan a entrar,
los grandes bolsillos del sucio y remendado delantal se empiezan
a hinchar, hay que seguir el camino antes que caiga la brisa a toda
pues nunca esta demás, alguna cocina un trozo de carne ahumada
o de tocino en gancho colgado su olfato afinado le tientan a entrar,
los grandes bolsillos del sucio y remendado delantal se empiezan
a hinchar, hay que seguir el camino antes que caiga la brisa a toda
prisa que aun queda mucho generoso y bueno por visitar.
Todo aquel que en su camino encuentre de el su fruto, ella "La Vieja"
sin sudor alguno algo ha de cosechar, pero que se puede hacer;
acaso no hay que tener caridad?, ante sus maliciosos, quejumbrosos
y lastimosos argumentos quien se ha de negar.Hay que hacer
buenas obras para el cielo alcanzar.
sin sudor alguno algo ha de cosechar, pero que se puede hacer;
acaso no hay que tener caridad?, ante sus maliciosos, quejumbrosos
y lastimosos argumentos quien se ha de negar.Hay que hacer
buenas obras para el cielo alcanzar.
Un cacito de leche, por aquí, un poco de manteca por allá, algún puño
de café azúcar y sal. Tampoco en la dieta y teniendo en cuenta
que a su edad, la fruta, la hortaliza y algo para el postre no debe faltar.
El gran bolsillo de aquel viejo delantal con todo lo que le echen
puede aguantar.
de café azúcar y sal. Tampoco en la dieta y teniendo en cuenta
que a su edad, la fruta, la hortaliza y algo para el postre no debe faltar.
El gran bolsillo de aquel viejo delantal con todo lo que le echen
puede aguantar.
Así pues; con un " Hijo Querido". Una ya tan vieja, sola y tullida,
de otra no le queda, nada mas que un "Dios se lo ha de pagar".
de otra no le queda, nada mas que un "Dios se lo ha de pagar".
La olla en el fuego por ella espera, bolsillo lleno, pata chueca con paso
descompensado y ligero a su hogar con premura debe regresar.
descompensado y ligero a su hogar con premura debe regresar.
wil correa